AL DESPERTAR
Abres los ojos y respiras. No eres más que una presencia continua y permanente. El espejo te devuelve la misma imagen todos los días, unas veces más radiante, otras veces más triste, pero al final, es la misma de todos los días. El mismo cuerpo, la misma voz, la misma mirada...¿la misma mirada?...Tal vez no, quizá lo único que cambia es precisamente la mirada. Nada más y nada menos que la mirada.
1 Comments:
tal vez, a veces ni la mirada cambia
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