Thursday, August 24, 2006

SIPTO

Recuerdo claramente su rostro. Tenía apenas 3 años cuando me llevaron a conocerla. "Sipto", así debía llamarla.
Aprendimos a comunicarnos a través de señas; de vez en cuando ella articulaba alguna palabra en francés, mientras tanto, yo aprendía a gran velocidad el árabe.
- ¡Sipto, atini mai! ¡Sipto, bueno e baba!
Recuerdo cómo permanecía horas sentada a sus pies mientras cocinaba. Recuerdo cómo me enseñaba a comer pepinos con concha, dátiles, pistachos y semillas de auyama. Recuerdo cuando me sacaba al balcón, me desnudaba y me metía en una pequeña bañera llena de agua fría; de alguna manera tenía que evitar que los 40 grados centígrados me deshidrataran a mí, su pequeña nieta americana.
Volví a verla 8 años después. Seguía siendo la misma viejecita menuda y coqueta. Ahora era mi hermanita la que se quedaba horas sentada a sus pies, la que sacaban al balcón para meterla en la bañera de agua fría, la que caminaba por toda la casa repitiendo como un lorito ¡Sipto, atini mai! Mientras tanto, yo recorría las calles de Alepo, tal y como si fuera una auténtica niña siria cristiana.
Ése fue el último viaje que hicimos en familia para ver a Sipto. Ésa fue la segunda y última vez que la vi. Recuerdo su tristísima expresión cuando nos despidió en el aeropuerto. Sipto nos amaba y yo no entendía porqué.
Hace un par de meses, veinte años después de aquel viaje llamaron para avisar que Sipto había muerto. Tenía ya 95 años.
No me lo han de creer, pero la extraño...
...tanto como si me hubiese quedado toda una vida sentada a sus pies.

6 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Que orgullosa estará tu "Sipto "de ese escrito y recuerdo tan emotivo, de la nieta.
¡Felicitaciones!

3:42 PM  
Blogger Ophir Alviárez said...

Hay cosas que se tienen porque sí y una abuela, esa clase de abuela como tu Sipto, es y será siempre la Abuela. Es díficil de explicar y quizás hasta díficil de entender, pero te entiendo, te entiendo y voy más allá, hasta esos recuerdos que alborotan los míos y humedecen los ojos de nostalgias.

OA

5:40 PM  
Blogger Jose Urriola said...

Claire:

Puedes estar segura de que Sipto te lee, te siente, vuelve a sonreir y en alguna parte cocina algún platillo árabe delicioso, de esos con sabor de abuelita, dedicado a su nieta que la recuerda y le escribe.

Beso y abrazo

8:18 PM  
Blogger Unknown said...

Que curioso yo no podré nunca recordar a mi abuela, ella murió a los pocos días de mi nacimiento justo despues de haberme conocido.

Lamento tu pérdida y me contagio de tu nostalgia, que bueno que tienes esos recuerdos que te acompañen

4:04 PM  
Blogger Franca Alejandra said...

Hay personas que llegan y con sólo una hora o una sonrisa se quedan, y nunca pero nunca nunca se van, así mueran.
Es una historia muy dulce, de amor sincero, del verdadero, es natural sentir nostalgia, quizás su mirada era tan trasparente que podías haber deseado mirarte en ella toda la vida...

12:34 PM  
Blogger Unknown said...

Jejeje... Recuerdas cuando nos sentabamos en el piso de salon y esperabamos a que ella llegara con la gran bandeja llena de manzanas, peras, melocotones y ciruelas que compraba tempranito en la mañana en el mercado? como olvidar que se sentaba con toda la paciencia del mundo a pelar y picar las frutas para nosotras? Hermosisima!!!

7:03 AM  

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